Durante mucho tiempo, los vestidores eran elementos que se reservaban para las estancias adultas. Los dormitorios infantiles, en su mayoría, se beneficiaban de armarios cerrados. No obstante, los tiempos cambian. Lo cierto es que ahora mismo son muchos los ambientes que podemos observar con vestidores infantiles. Sí, quizá no tengan el mismo tamaño que el de un adulto, pero lo que sí siguen haciendo es contar con las ventajas de un vestidor convencional.

¿Vestidores en habitaciones infantiles?

Un vestidor es un elemento interesante, tanto en el tema del orden como en la decoración. El vestidor infantil nos permitirá tener toda la ropa de nuestro hijo ordenada y a la vista. Eliminar barreras como las puertas, hace que el acceso sea mucho más sencillo, tanto para nosotros como para ellos. Además, hay que ver que la mayoría de la ropa de nuestro bebé se cuelga. Prendas pequeñas que no necesitan estar a mucha altura para no arrastrar.

Si queremos que los pequeños accedan al vestidor, para que puedan ser un poco más autónomos, podemos colocar un pequeño taburete en la parte inferior.

El burro como vestidor

Los burros se usan mucho en dormitorios infantiles. Los peques tienen mucha ropa, pero quizá no tanta como un adulto. Además, como van creciendo, el movimiento de prendas (renovando y sustituyendo) es bastante común. Un burro puede ser ideal para colocar todas esas prendas.

Existen burros a una altura adecuada para nuestros peques, que, además, cuentan con una parte inferior perfecta para colocar el calzado. Este tipo de elementos pueden suponer el núcleo del vestidor. Luego podremos acompañarlo con otros muebles, como cómodas. Así, otra ropa más íntima o incluso ropa de otras temporadas, podrán guardarse perfectamente en sus cajones.

Un vestidor completo

Si lo prefieres, puedes siempre buscar un módulo completo. Sí, con una cajonera y una parte superior para colgar las perchas. Lo bueno de este tipo de módulos es que podemos dejar a la vista las prendas más estéticas, como la ropita, y esconder tras puertas o cajones zapatos y complementos. Como siempre, si lo que quieres es que tu hijo se vista solo y pueda acceder a la ropa sin problemas, no te olvides de colocar una pequeña escalerita. Será incluso como un juego para él.

Cestos para las prendas más delicadas

Hay vestidores que se componen únicamente de estantes. Podéis colocar la ropa doblada, sin problemas. No obstante, en estos casos nos encanta el uso de la cestería. Cestas de mimbre que guardarán la ropa de tu hijo y que, además, serán altamente decorativas. Podrías escoger esta opción colocando, por ejemplo, uno de los burros anteriormente mencionados. Una pareja ideal que te permitirá tener ropa colgada, a la vista, y un vestidor con estantes que parece más bien una bonita estantería.

Un vestidor en un armario

La decoración vintage está de moda. No de ahora, claro, de hace ya algunos años para aquí. Recuperar muebles antiguos se ha convertido en una de las aficiones más extendidas, y no nos puede gustar más. En este caso, en el de los vestidores, también podría sernos útil. Pensad en un viejo armario. Simplemente quitando la puerta, podríamos conseguir un pequeño vestidor para nuestro hijo.

La misma opción con cristal

Si nos gusta el concepto de tener la ropa a la vista, no olvidemos que la ropa de niño es bastante divertida y puede aportar mucho color a una habitación, pero no nos termina de encajar eso de que esté expuesta al polvo, hay otras opciones. Por ejemplo, podrías colocar puertas de cristal. Son puertas que permiten ver el interior, pero que, a la vez, protegen la ropa del exterior.

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