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¿Quién no ha jugado en un columpio cuando niño? Es más ¿a quién no le hubiera gustado tener uno propio? Haz el sueño de tus hijos realidad e incorpora un columpio en su habitación. Son estéticos, divertidos y, además, no es tan complicado crear uno. Hoy te quiero acercar hasta 5 ejemplos de columpios en un dormitorio infantil, desde los más clásicos hasta los más sencillos y minimalistas ¿Con cuál te quedas de todos ellos?

El clásico columpio en el dormitorio de tu hijo

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Quizá no sea el primer columpio de la historia. No obstante, cuando pensamos en uno, seguramente es el que nos viene a la mente. El típico columpio con dos cuerdas y una tabla de madera. Estéticamente nos encanta, pues encaja en cualquier tipo de decoración. Además, al contar con dos puntos de sujeción, siempre será más seguro, aunque hay que aclarar que un niño, por norma general, no pesa lo suficiente para suponer un problema en la estructura de tu vivienda.

Los columpios de tus abuelos

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Aunque el anterior columpio, como comentaba, es quizá la imagen más recurrente al pensar en estos elementos, los de nuestros abuelos quizá serían así. Sí, grandes ruedas de neumáticos atadas con una gruesa cuerda. Una circunferencia perfecta en la que poder colgarse y balancearse en la rama de un árbol ¿Puntos a favor? Puedes pintar el neumático del color que más te guste, a juego con el resto de la decoración del dormitorio.

Una cuerda y una tabla, más que suficiente

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Otro concepto. Diferente pero igualmente divertido. La cuerda se respeta, aunque en esta ocasión se incluye una tabla redonda sujeta por el centro. Esta pequeña tabla permite que los niños se sienten, aunque también facilita el que se incorporen y se sujeten a la cuerda con las manos. Más posibilidades de diversión materializadas en un columpio de lo más estético y minimal.

Simplicidad al máximo, una cuerda es más que suficiente

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Pero si se trata de una idea más minimalista aún, esta se lleva la palma. Una cuerda. Una única cuerda colgando del techo ¿Menos funcional? Puede, los niños no van a poder sentarse, pero si podrán ejercitar sus brazos columpiándose encaramados a ella. Además, no podemos negar que en este ambiente queda preciosa. No os olvidéis de colocar siempre una alfombra mullida bajo este y otros columpios. Seamos realistas, los niños se van a caer. Amortigüemos la caída para menos preocupación por nuestra parte.

Mecerse por partida doble siempre es mejor

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Para terminar, esta idea que también me ha gustado mucho. Cuando la vida en familia se multiplica por dos. Dos niños, dos columpios. Así de sencillo. Ojo, que en este caso, como vemos, está mucho más cuidada la estética, pues se trata de dos bonitas sillas de mimbre sujetas al techo. Mucho más estético, sí, pero también pesado, por lo que siempre será importante revisar nuestros techos. Si contáramos con vigas de madera, por ejemplo, sería perfecto.